Tuesday

MUERTE

No siempre conocemos lo que no queremos… pero muchas veces sí sabemos aquellas cosas que nos harían sentir desdichados.
No quiero misa alguna por mi cuerpo inerte cuando yazca en la nada de la muerte. No quiero pertenecer a las plegarias, ni por un día, de aquello que me parece tan lejano e irreal. No quiero resucitar e ir al cielo, ni despedir mi ausencia entre palabras de timbre que desconozco, que salen de una boca cualquiera… No me valen las palabras presentadas por una sotana, negra y fea que leen pasajes en los que no creo sentenciados por “amenes” que no me dicen nada.
Tampoco pido que alguien cercano, alguien que de verdad me quiso, lea estas líneas entre sollozos, apenado por alguien que ya no ve, ni escucha, ni siente… ni siquiera piensa.
Sí me gustaría que estas líneas, tan claras y breves, llegaran a mis amigos antes de ese día, para que no se extrañen (aunque ya se que no lo harán), ni se apenen en vano. Me gustaría, al hablar de la muerte, adornar la vida con danzas de una guadaña, adornar nuestros días, ese “pasarrato”, con dibujos de colores en el aire.
Mi mayor deseo ahora que soy, es que el día en que ya no sea más, mis órganos casi vivos, casi muertos, puedan mantener con vida otras personas que tengan un pie a cada lado de la línea roja, y que mis cenizas aporten su energía a la tierra para que alimenten y aviven la llama de la vida, siempre encendida, infinita.
 

Textos